jueves, 19 de noviembre de 2009

Alejandro Klappenbach nos cuenta un poco de Zeballos

Aca dejó una gran nota que ha escrito este periodista especializado en tenis, hablando muy bien de Horacio tanto del pasado como del futuro y su actual posición. Además de asemejarlo con Shwank, hizo un resumen de su carrera y experiencias que ha visto de Horacio Zeballos y su paso por el 2009:


Zeballos, una historia repetida. (Por Alejandro Klappenbach)

"Algún amigo me dijo hace varios meses que Horacio Zeballos era el Schwank de la temporada 2009. Y, justamente los últimos 60 días, confirmaron absolutamente la afirmación-juego de mi amigo.
La analogía tiene algunos puntos en común. A saber:

1) Despegue a partir de los Challenger. Como Eduardo lo hizo el año último con sus títulos en Cremona, Roma y Bordeaux, Horacio edificó su crecimiento en el ranking con sus victorias en Bucaramanga, Bogotá, Manta, Campos do Jordao y Buenos Aires. Ganar 5 Challenger en la misma temporada no es para cualquiera y es una clara muestra de madurez mental, física y técnica. Ningún torneo se gana por casualidad y Horacio ha exhibido una regularidad muy importante ya que sus triunfos no se dieron en un solo trimestre sino que estuvieron diseminados a lo largo y a lo ancho de todo el calendario 2009.

2) Debut en un Grand Slam. Schwank impactó al mundo tenístico en Roland Garros 2008 con su victoria ante Carlos Moyá y su acceso a tercera ronda. Horacio, en el US Open, también llegó desde la qualy y ganó su primer partido de main draw. La digna derrota en segunda contra Berdych le dejó claro que puede jugar en ese nivel y siguió sumando en la cuenta de su confianza.
3) Posición de ranking. La transformación que Schwank vivió en 2008 lo llevó del puesto 171 al 58 en los extremos de la temporada. Hasta ahora, cuando todavía falta un poco para el cierre del ejercicio 2009, Horacio ha subido 154 lugares y se ubica entre los 42 mejores jugadores del mundo.

4) Entrenadores de poco nombre. Javier Nalbandián era el coach del santafecino cuando vivió su mejor momento. Alejandro Lombardo es quien trabaja con Horacio. Ninguno de los dos, ni Nalbandián ni Lombardo, integran el grupo de los entrenadores argentinos más prestigiosos, juicio que no responde a los conocimientos de tenis de cada uno. También ellos, a partir de los resultados de sus jugadores, han ganado espacio y reconocimiento.


Sin dudas podríamos seguir encontrando coincidencias (también diferencias) entre un proceso y otro. Pero no se trata de eso. Lo escrito líneas arriba sirve como ejemplo de cuánto se obtiene cuando se gana seguido en cualquier nivel tenístico. Lo han demostrado Schwank y Zeballos, y también en distintos momentos y circunstancias, Coria, Chela, Vassallo Arguello, Roitman, Hartfield, Machi González, Junqueira y el mismo Gastón Gaudio en este último tramo de 2009.

En el caso de Zeballos, y haciendo la salvedad de la lesión de Nalbandián, su andar lo ha convertido en el tercer jugador argentino, sólo detrás de Del Potro y Mónaco. La transformación de su físico, hoy pesa 7 kilos más que hace 12 meses, le permite cargar con el desgaste de cada punto en sus más de 80 partidos de la temporada. A partir de eso cambió su juego: ya no está condicionado a resolver todo en tres o cuatro pelotas sino que soporta y puede plantear desarrollos de peloteos largos que antes no sostenía. Y, como siguiente eslabón de la cadena, el hecho de llegar mejor a cada pelota lo hace capaz de, por ejemplo, pegar su revés en lugar de jugarlo una y mil veces con slice. Sus características lo habían convertido en una gran opción como integrante del equipo de Copa Davis. Ahora, de mantenerse el nivel mostrado en su camino a la final perdida en San Petersburgo, se postula como protagonista importante en la rápida carpeta que nos espera en Suecia para la serie de primera ronda.

El tenis me regaló conocer a Horacio hace mucho tiempo, cuando todavía repartía sus ratos entre Buenos Aires y Mar del Plata, tiempos en los que recibía invitaciones especiales para los Future. El tenis también me permitió verlo y relatarlo varias veces, incluso en una final en Santa Fe, que lo mostró ganador contra Patriarca. Su sonrisa de esas horas es todavía una de las más frescas que recuerdo en un deportista. Él, que dentro de unos años declarará que Lombardo y Gaudio fueron importantes en su carrera, hoy dice que dejó de ser jugador de tenis para empezar a ser tenista, frase que encierra mucho más que saques ganadores, condición de zurdo y soltura de su revés. Muchos decimos, a partir de ese cambio, que la promesa se convirtió en realidad. Ahora, deberá mantenerse. Y eso, que no es poco, sólo depende de él"


FUENTE: http://www.segundosaque.com/blog

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